Historia de la ropa interior

Después de la guerra, hacia 1850 aparecieron los corpiños tipo embudo para acentuar el busto (las teorías psicológicas decían que tos hombres buscan el pecho después de cualquier desastre). Algunas se pintaban desde el muslo a los tobillos con pintura blanca, como sustituto de la ropa interior.
En este sentido, la ropa interior femenina es un elemento fundamental en el delicado arte dedesvestirse. Materia de fantasía que nunca deja de tener una extraña magia sobre la libido porque, como decía Montaigne a mediados del siglo XVI, “hay ciertas cosas que sólo ocultamos para mostrarlas”. Sobre este claroscuro se desliza un fetichismo errático: desde 1830 hasta 1914 -año en que la mujer mostrará por primera vez públicamente sus tobillos-, no había nada más apasionante para un hombre quevislumbrar la curva de un pie o la forma de un empeine. Esto favoreció un impresionante fetichismo en torno al pie, el tobillo y las pantorrillas, que cantó como nadie Restifde la Bretonne y que explica el hecho de que, en los burdeles de lujo de Londres y París durante la Belle Epoque, los clientes tuvieran derecho a elegir los botines que se pondrían sus partenaires aun antes de elegirlas. Todavíamayor valor erótico tuvieron hasta hace unas décadas los pies vendados de las mujeres chinas, esos puntos blancos que -junto a la desnudez de los actores y la crudeza de los detalles- resaltan en las pinturas eróticas desde el año 900 hasta la revolución de Mao Tsé Tung, a mediados del siglo XX. Una verdadera tortura que consistía en encorvar el dedo gordo y replegar los otros cuatro dedos contra laplanta del pie, de forma tal que, con el tiempo y el sucesivo ajuste de las vendas, el pie quedaba reducido a una especie de muñón que se encerraba en un calzado diminuto, mientras que el tobillo hipertrofiado se disimulaba bajo polainas cuyo estilo iba a variar considerablemente según los siglos y las modas. De hecho, las polainas y los zapatos eran las únicas ropas que conservaba una mujerdesnuda. Un fetiche que los occidentales creyeron explicar con fantasías tales como, por ejemplo, que el modo de andar que se imponía atrofiando el pie, además de su connotación erótica, provocaba un desarrollo especial del monte de Venus y una gran vivacidad de los reflejos vaginales. Las mujeres han usado ropa interior desde los comienzos de la civilización. A veces, abiertamente; otras, en secreto,de acuerdo con los dictados sociales y siempre a los fines de distinguir los cuerpos de acuerdo con su status social y con su status moral. En efecto, hasta el siglo XIX, fue siempre un objeto minoritario y de élite: su costo y su singularidad le dieron la categoría de prenda de lujo. Así, en el Antiguo Egipto, las esclavas-de origen árabe o nubio-iban siempre bien desnudas; la ropa interior noexistía más que para las Nefertitis o las Cleopatras. El shenü, la primera prenda interior conocida en la historia de la Humanidad, era una especie de enagua vaporosa, bordada y ribeteada de hilos de oro, acorde al clima tórrido de Egipto. En la Antigua Roma, el equivalente a la ropa interior actual era una túnica o camisa -hecha de hilo, de lino o de un tejido muy fino, que por delante llegabahasta las rodillas y por detrás hasta las pantorrillas-. También directamente sobre la piel se utilizaba el mamillare, una especie de venda o faja de tejido fino que servía para sujetar y alzar el pecho. En los baños públicos tan sólo se cubría el cuerpo con una pequeña tanga o taparrabos llamado subligar. Por aquellos tiempos en que la toga era una vestimenta masculina, sólo las prostitutas y lasmujeres de costumbres licenciosas estaban obligadas a ir vestidas con toga(corta y de color oscuro)para diferenciarlas precisamente de las mujeres honestas(de ahí que mujer togada equivalía a prostituta o mujer fácil).Sólo ellas podían amar sin corpiño y -tal como muestran las pinturas de los burdeles de Pompeya- eran las únicas a los que los hombres podían tocar con la mano derecha: a las mujeres…