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Desde 1833 Chile sostenía su soberanía en la zona norte a partir del paralelo 23 de Mejillones, mientras Bolivia la impugnaba atribuyéndose pretensiones jurisdiccionales hasta el paralelo 25, por lo menos.

El debate de límites entre ambos pueblos llegó a un momento crítico en 1863, cuando el Congreso boliviano autorizó a su Gobierno a declarar la guerra a Chile, si éste no desocupaba ellitoral que creía por él usurpado. Pero un hecho exterior dio un vuelco a las relaciones entre ambas repúblicas. La presencia de una escuadra española en el Pacífico, que exigió del Perú la reparación de daños causados a súbditos de la Madre Patria y procedió a ocupar como garantía las islas de Chincha, importante depósito de guano de aquel país, produjo un movimiento de solidaridad en toda América antelos posibles intentos reivindicacionistas de España.

El curso de los acontecimientos fue comprometiendo cada vez más a Chile en el asunto peruano, al punto de que en 1865 estalló la guerra con España. Chile y el Perú firmaron una alianza, y Bolivia, tocada por el peligro común, se puso de parte de estos países. Las relaciones diplomáticas entre Chile y Bolivia se restablecieron y como fruto deellas surgió un tratado cuya firma se hizo en Santiago el 10 de agosto de 1866.

Este convenio significaba una transacción en la disputa de límites.

Se fijaba por él como línea divisoria el paralelo 24 del mar a los Andes; y además se convenía en la repartición por mitad entre ambos países de los impuestos provenientes de la exportación del guano descubierto y por descubrir entre los grados23 y 25, como también los derechos de exportación que se percibiesen de los minerales extraídos en la misma zona.

Divergencias surgidas sobre la forma de aplicar estas últimas cláusulas económicas, crearon de nuevo un clima de tensión entre Chile y Bolivia y este último buscó en 1873 una alianza secreta con el Perú, a cuya suscripción se quiso también arrastrar, aunque sin conseguirlo, a laArgentina.

No obstante, nuevas negociaciones lograron concretar el 6 de agosto de 1874 un segundo tratado chileno-boliviano que dejó sin efecto el anterior. Por él se mantuvo como límite el paralelo 24. La renuncia de Chile a sus derechos soberanos al norte de esta línea quedó, sin embargo, compensada en el artículo 4°, con el compromiso que contrajo Bolivia, por el término de 25 años, de que “laspersonas, industrias y capitales chilenos situados en la zona cedida por Chile al norte del paralelo 24, no quedarían sujetos a más contribuciones, de cualquier clase que sean, que a las que al presente existen”.

Sin embargo, el incumplimiento por Bolivia de esta cláusula echó por tierra el tratado de límites.

En efecto, en 1878 se promulgó en Bolivia, por el gobierno del PresidenteHilarión Daza, una ley que gravaba con diez centavos el quintal de salitre que exportase la Compañía de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta.

La corporación afectada por el indicado gravamen era compuesta por chilenos y, como tal, se hallaba bajo el amparo del artículo 4° del tratado de 1874, que prohibía nuevos impuestos por espacio de veinticinco años.

Las gestiones diplomáticas emprendidas porChile para impedir esta violación fueron inútiles. Bolivia incluso rechazó el someter a arbitraje la discrepancia y por un decreto de febrero de 1879 “reivindicó” las salitreras detentadas por la Compañía que se había negado a pagar el impuesto.

El Encargado de Negocios chileno en Bolivia, Pedro Nolasco Videla, en una última nota, con la que puso término a su gestión y tras la cual abandonó elpaís resumió así el punto de vista chileno y las consecuencias que iban a derivarse de la violación boliviana a lo pactado:

“Roto el tratado de 6 de agosto de 1874, porque Bolivia no ha dado cumplimiento a las obligaciones en él estipuladas, renacen para Chile los derechos que legítimamente hacía valer antes del tratado de 1866 sobre el territorio a que ese tratado se refiere. En consecuencia,…