Borges

Borges Forever
Harry Almela
Es mucho (demasiado) lo que se ha escrito acerca de Jorge Luis Borges. Quien en vida hizo de la Biblioteca platónica su morada, consume actualmente numerosas y reales, abarrotadas de notas y libros consagrados a su obra. Tengo la sospecha de que no hay día en que la prensa de habla hispana no inscriba su nombre. Y tengo la certeza de que no hay jornada de este mundoen el que algún escritor no pronuncie su gracia en el precario poema o desperdicie la oportunidad de confesar su presencia al acometer el cuento o conceder la inevitable entrevista. Como si sus múltiples declaraciones en contra de la inmortalidad fuesen su propia condena, Borges está destinado a padecer la fama que en parte le deparó la vida. Contribuir a esa multiplicación -tan propia de lacópula y los espejos- es la aspiración de estas líneas. Intentaremos dejar de lado lo adjetivo y no caer en el ya conocido argumento de que, en literatura, existe un antes y un después de Borges.
En un principio…
Creo que el Borges que se leyó durante años es, en parte, una invención de los franceses, si tomamos en cuenta que su reconocimiento internacional se inicia en 1951, cuando Gallimardinaugura la colección «La Croix du Sud» con Fictions, traducido por Paul Verdevoye y Néstor Ibarra. Es el Borges de Tlön, Uqbar, Orbis Tertius; Pierre Menard, autor del Quijote; Las ruinas circulares; La lotería en Babilonia; La Biblioteca de Babel; El jardín de senderos que se bifurcan; Funes, el memorioso y La muerte y la brújula. Algunos de ellos habrán de figurar, seguramente, en la antología de losmejores cuentos en castellano del siglo xx, cambalache, problemático y febril.
De estos textos se derivan las principales visiones críticas acerca de su obra y las que más han influido en el imaginario del lector: el Borges fabulador, el inventor de laberintos, el creador de mundos paralelos, el filósofo que imagina ficciones, el escritor no tocado por la realidad. En un principio, no faltabanrazones. En Tlön, Uqbar, Orbis Tertius la temporalidad se rebela contra la espacialidad. Como lo apunta Nuño, se trata del universo predicado por Hume al negar realidad a la sustancia, tanto material como espiritual, que prefiere quedarse con la temporalidad, bajo la forma de «sucesión perceptible de objetos cambiantes» (1) . En Pierre Menard, autor del Quijote, Borges nos convence de las bondadesde la estética que se origina en el ojo del lector y no en el objeto literario en sí. Hablamos de la ya popular crisis de los significados, cuyos valores dependen no de la semántica que se esconde detrás de las palabras, sino del ojo de quien lee y, sobre todo, en cuál época lee. En Las ruinas circulares se coloca en escena la antigua fábula del hombre soñado que sueña, destrozando nuestracondición carnal. La lotería en Babilonia va a poner en duda los actos cotidianos, ya que los mismos son el efecto de un oscuro azar planificado. En La Biblioteca de Babel está el mundo infinito que se hojea como un libro. El jardín de senderos que se bifurcan es el cuento policial donde la fábula de Tlön Uqbar se lleva a cabo, pues la novela -el personaje principal- relata acciones posibles en universosparalelos en términos temporales y no espaciales. La accidental y furiosa dolencia de Funes, el memorioso hace tambalear el valor absoluto de la memoria -quizá uno de los bienes más queridos por la civilización occidental- para concluir que el universo individual se construye gracias al olvido. La muerte y la brújula es el anticuento policial por excelencia, a juzgar por las múltiples ironíaspresentes en el texto.
Todos estos ingredientes son más que suficientes para entender la expansión de la fama del anciano de cabellos ya argentinos y fueron objeto de la curiosidad de autores ilustres como Emir Rodríguez Monegal y Guillermo Sucre, quienes supieron destilar una bibliografía con importantes logros. Sin embargo, a partir de estas visiones se ha obliterado un Borges que supongo el…