Bienes terrenales

• Resumen
En cada lugar y en cada tiempo el hombre ha evitado enfermar, ha tratado de limitar la difusión de las enfermedades e Hispanoamérica colonial no fue la excepción. Los padecimientosinfectocontagiosos fueron los principales problemas de salud en Hispanoamérica durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Las prácticas para evitarlos provenían de la observación, se referían a mantenersealejado de los sitios “contagiosos” y aislar a los enfermos mediante la cuarentena, lo que implicaba cierta vigilancia epidemiológica. La dotación de agua limpia, el alejamiento de aguas sucias y elcontrol sanitario de los alimentos no eran prácticas habituales; la recolección de basura, residuos y desechos no era oportuna, lo que favorecía la existencia de fauna nociva. Los desperdiciosdomésticos no se retiraban con la prontitud debida, la basura y los desechos personales se dejaban acumular cerca de las casas. En algunos lugares se dictaron medidas referentes a aprovisionamiento de aguas,eliminación de excretas, manejo de cadáveres y saneamiento ambiental. Se creía que con rezos y procesiones se podían evitar las enfermedades prevalentes. La información demográfica, los datos numéricossobre mortalidad, nacimientos y morbilidad fueron irregulares e incompletos; los registros de bautizos, matrimonios y entierros se hacían en las parroquias, los médicos debían informar -notificar- alos protomedicatos de los enfermos que atendían, práctica excepcional. Los datos recopilados no tenían una utilidad médica o sanitaria clara.

Los europeos transportaron al Nuevo Mundo el paludismo,peste, lepra, fiebre tifoidea, tosferina, difteria, sarampión, varicela, la rabia canina, y la viruela; mientras que los africanos trajeron a la vez sus propias dolencias desconocidas hasta entoncesen estas latitudes como la fiebre amarilla, la bilharziasis, anquilostomiasis, oncocersiasis, filariasis y malaria. En los barcos de los esclavos llegaron también ratas, ratones, nuevos artrópodos…