Ayer Alfred J

ALFRED J. AYER

LENGUAJE, VERDAD
Y LÓGICA

EDICIONES ORBIS, S.A.

Título original: Language, truth and logic (1936,2 • ed. rev. 1946)
Traducción de Marcial Suárez. de la
edición original inglesa de Víctor Goltancz Ltd., Londres
Dirección de la colección: Virgilio Ortega

© 1976, Víctor Gollancz Ltd., London
© 1971, Ediciones Martínez Roca, S A
O 1984, por la presente edición. Ediciones Orbis, SA
ISBN: 84-7530-678-0
D.L.B. 26931-1984
Impreso y encuadernado por
Printer industria gráfica, sa. Provenza, 388 Barcelona
Sant Vicen? deis Horts
Printcd in Spain

Introducción
En los diez años transcurridos desde la primera publi­
cación de Lenguaje, verdad y lógica, he llegado a com­
prender que las cuestiones de que trata no son, en modo
alguno, tan sencillas como el libro las hace parecer,pero
sigo creyendo que el punto de vista que en él expongo
es sustancialmente correcto. Siendo, en todos los senti­
dos, un libro de juventud, fue escrito con más pasión de
la que la mayoría de los filósofos se permiten mostrar
en su obra escrita, y, aunque esto, probablemente, con­
tribuyó a asegurarle un público más amplio del que
podría haber tenido de otro modo, ahora creo que mu­
chos de susargumentos habrían sido más persuasivos,
si no hubieran sido presentados de una forma tan rígi­
da. De todos modos, sería para mí muy difícil cambiar
el tono del libro sin reescribirlo extensamente, y el
hecho de que, por razones no enteramente debidas a
sus méritos, haya alcanzado, en cierta manera, la condi­
ción de un libro de texto me parece una justificación
suficiente para reimprimirlo tal como está. Al mismo
tiempo, hay algunos puntos que, según creo, requieren
alguna explicación más amplia y, por consiguiente, de­
dicaré el resto de esta nueva introducción a comentar­
los brevemente.

El principio de verificación

Se admite que el principio de verificación facilita un
criterio mediante el cual puede determinarse si una fra­
se es literalmente significativa o no. Un modo sencillo
deformularlo sería decir que una frase tiene sentido li­
teral siempre y cuando la proposición por ella expresa­
da fuese o analítica o empíricamente verificable. Pero
a esto podría objetarse que una frase no expresa una
proposición, a menos que sea literalmente significa-

7

tiva;1 porque está generalmente admitido que toda pro­
posición es o verdadera o falsa, y decir que una frase ex­
presa loque es o verdadero o falso equivale a decir que
es literalmente significativa. Por lo tanto, si el principio
de verificación fuese formulado de este modo, podría argüirse no sólo que era incompleto como criterio de sig­
nificación, puesto que no abarcaría el caso de frases que
no expresasen ningún tipo de proposiciones, en abso­
luto, sino también que era ocioso, toda vez que la cues­
tión a queha de responder debe haber sido respondida
ya antes de que el principio pueda ser aplicado. Como se
verá, cuando yo introduzco el principio en este libro,
trato de resolver esta dificultad hablando de «proposi­
ciones putativas» y de la proposición que una frase «pre­
tende expresar»; pero este recurso no es satisfactorio.
Porque, en primer lugar, el uso de palabras como «puta­
tivas» y «pretende»parece conducir a consideraciones
psicológicas en las que yo no deseo entrar, y, en segundo
lugar, en el caso de que la «proposición putativa» no
sea ni analítica ni empíricamente verificable, podría
parecer, de acuerdo con este modo de hablar, que no
existe nada que pudiera ser expresado adecuadamente
mediante la frase en cuestión. Pero, si una frase no
expresa nada, parece que existe unacontradicción en
decir que lo que expresa es empíricamente inverificable; porque, aun cuando la frase está condenada, sobre
esta base, a ser no significativa, la referencia a «lo que
expresa» parece todavía implicar que algo es expre­
sado.
De todos modos, ésta no es más que una dificultad
terminológica, y son varías las formas en que podría re­
solverse. Una de ellas sería la de aplicar directamente…